"Hace 16 años, el alcalde de la época, Luis Carlos Bruges, le enseñó a la gente a sacar las basuras en costales para que la recogiera ‘El Chavo’, un camión viejo que tenía el municipio". Publicado en http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=115168 bajo el título ¿Una donación? No, gracias.
Resulta que una elemental regla de nuestro idioma nos dice que debe haber concordancia entre el plural del sustantivo y el artículo. Ya que se refiere a las basuras, debe escribirse "para que las recogiera".
De otro lado, tal como lo explica don Abel Méndez, "los artículos de los apodos y de los sobrenombres no son parte de los nombres propios de esos apodos y sobrenombres y, por lo tanto, no llevan mayúscula inicial ni van dentro de las comillas o bastardillas, según el gusto del usuario". El viejo camión era el Chavo, sin mayúscula en el artículo.
A propósito, pobre Chavo, a nadie se le ocurriría denominar a este viejo trasto el Gates, por alusión al Guillo, o el Charles, por nuestro amigo Slim.
De todas maneras, lo que me pareció verdaderamente interesante en el artículo de marras no son estos descuidos, sino lo aplastante que puede llegar a ser la burocracia, estructura humana que funciona con la inteligencia mínima necesaria para llevar a cabo tareas cotidianas y para crear problemas, pero sin aquella indispensable para solucionar estos últimos.
Por último, mi opinión es que el asunto no es macondiano, ni siquiera kafkiano, sino estrictamente cantinflesco.
sábado, 6 de septiembre de 2008
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